Como muchos otros días,
hoy durante una práctica en deontología surgieron diversos debates sobre
prácticas éticas o no en cuanto al periodismo, y entre unas frases y otras hubo
una que no sólo me ha marcado, sino que me ha hecho reflexionar durante toda la
tarde. Una de mis compañeras lanzó esta simple frase “es que la gente quiere
saber lo que ha pasado con detalle” y a mí al instante se me ocurrieron mil
respuestas para rebatirla, pero me centré en la frase. Pensé un poco y me vi en
el metro conversando conmigo misma, mientras me preguntaba, ¿el periodista debe
escribir la información que el lector quiere saber? ¿Debe el periodismo
responder a lo que el oyente pide, o nuestra tarea va más allá?
En estos tres años de
carrera, hemos estudiado teorías, códigos y medios de comunicación, hemos
criticado y hemos adulado, y muchas veces he estado muy en contra de lo que
profesores o alumnos han comentado, pero creo que pese a todo eso he aprendido.
1. He aprendido
que el deber de un periodista es contar la verdad, sin conjeturas ni rumores,
sin ideología, sin parcialidad y sin interés.
2. He aprendido
que el deber de un periodista es contrastar las fuentes, profundizar la información,
contextualizar los hechos y dar una visión completa a interpretada –no
subjetiva en ningún caso- de lo que está sucediendo para que la sociedad pueda
hacerse una idea aproximada.
3. He aprendido
que el deber de un periodista es ejercer como cuarto poder para controlar al
gobierno, la política y a la sociedad en sí, dando a conocer todo lo que pase,
sin obviar ninguna información, para permitir que haya libertad y para que la
democracia que se ejerce sea real.
4. He aprendido
que pese a la mercantilización de los medios y a la tendencia a la unificación
de la línea de publicaciones, aún es posible creer en el buen periodismo, que
está fundamentado en la ilusión y positividad de los periodistas, que siguen
luchando día a día.
5. He aprendido
que el periodista es humano, y que puede errar, pero que por encima de
todo tiene que haber un principio de
veracidad implícito en nuestro trabajo que no nos impide equivocarnos pero
garantiza que intentamos obrar con la mayor objetividad y sin ningún tipo de interés
más allá del meramente informativo. Y que cuando esto sucede, la rectificación
no sólo es obligatoria si no también necesaria.
Y es por eso, que con
todos estos puntos que me ha enseñado esta carrera en estos tres años, debo
contestar a esa frase que comentaba mi compañera. No, el periodista no tiene
que responder o informar de lo que la sociedad quiere saber, aunque debe
hacerlo, primero debe respetar el más importante de todos los principios: el
periodista tiene que informar de lo que la sociedad debe saber y necesita,
mucho más allá de lo que quiere saber, porque es la única manera de ofrecerle a
la sociedad el tipo de periodismo que se merece, un buen periodismo.
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